Cocinar con bebidas: cómo usar vinos, cervezas y licores para potenciar tus platos

25/12/20255 min
Técnicas
Cocinar con bebidas: cómo usar vinos, cervezas y licores para potenciar tus platos

Cocinar con bebidas: cómo usar vinos, cervezas y licores para potenciar tus platos

Cuando pensamos en vino, cerveza o algún licor, lo más común es imaginarlos en una copa, acompañando una comida. Pero estas bebidas también pueden ser protagonistas dentro de la cocina, sumando profundidad, aroma y complejidad a tus platos. Cocinar con alcohol no es solo para chefs: con algunas claves simples, podés incorporar vinos, cervezas y licores a tu cocina cotidiana y llevar tus recetas a otro nivel.


¿Por qué cocinar con alcohol?

El alcohol tiene una propiedad maravillosa: es un gran conductor de sabor. Ayuda a disolver compuestos aromáticos que el agua sola no puede, lo que permite extraer y realzar sabores de hierbas, especias, carnes y vegetales. Además, al cocinarse (ya sea reduciendo, flambeando o guisando), el alcohol se evapora, dejando solo el sabor y el carácter de la bebida.

No se trata de que tus comidas "sepan a vino" o a whisky, sino de usar esos toques para sumar capas de sabor. Un chorrito de vino blanco puede levantar una salsa, una cerveza negra puede darle cuerpo a un estofado, y un poco de ron puede transformar un postre.


Vino: el clásico de la cocina

Vino tinto

Ideal para carnes rojas, salsas oscuras y guisos. Aporta notas frutales, taninos y acidez. Probalo en un tuco bien cargado, en un estofado de carne o para desglasar una sartén después de sellar un bife.

Vino blanco

Más liviano y ácido, va muy bien con pescados, mariscos, aves y salsas cremosas. Un chorrito de vino blanco en una sartén con ajo y cebolla puede ser la base perfecta para una salsa de mariscos o para cocinar un risotto.

Tip: Elegí vinos que tomarías. No hace falta que sea el más caro, pero si no está bueno para beber, tampoco lo estará para cocinar.


Cerveza: cuerpo y amargor

La cerveza, especialmente las más oscuras como las stout o porter, puede aportar notas tostadas, dulces y amargas a tus platos. Va muy bien con carnes de cocción larga, como una bondiola braseada, o para cocinar cebollas caramelizadas.

Las cervezas rubias o tipo lager son más suaves y pueden usarse para rebozados (como en una tempura), o para cocinar pollo o pescado, aportando un toque fresco y malteado.

Receta express: Cociná salchichas con cebolla en cerveza negra y un toque de mostaza. Servilas con puré o en pan tipo choripán. Fiesta asegurada.


Licores y destilados: el toque final

Ron

Perfecto para postres: flambeá unas bananas con ron y azúcar, o usalo en una torta invertida de ananá. También va bien en marinadas para cerdo, aportando dulzor y calidez.

Whisky o bourbon

Van muy bien en salsas para carnes, especialmente si los reducís con crema o mostaza. También podés usarlos para flambear champiñones o cebollas.

Vermut y aperitivos

El vermut rojo puede ser un gran aliado para guisos o salsas con tomate, aportando notas herbales y dulces. El fernet, usado con moderación, puede dar un toque amargo y profundo a una salsa oscura.

Ojo: Usá pequeñas cantidades. Los licores son intensos y pueden dominar el plato si te pasás.


¿El alcohol se evapora del todo?

Depende del tiempo y la temperatura de cocción. En preparaciones que hierven o se hornean por más de 30 minutos, la mayor parte del alcohol se evapora. Pero en cocciones rápidas o en flambeados, puede quedar algo de alcohol residual. Si cocinás para niñes, embarazadas o personas que evitan el alcohol, es mejor optar por otras técnicas o asegurarte de que la cocción sea larga.


Consejos para cocinar con bebidas

  • Menos es más: Empezá con poco y ajustá. Siempre podés agregar, pero no sacar.
  • Reducí para concentrar: Una reducción de vino o cerveza puede ser una salsa espectacular.
  • Probá y experimentá: No te limites a las recetas. Un chorrito de licor en una compota, una cucharada de vino en una sopa, una cerveza en una masa de pan... todo vale.
  • Cuidá la cocción: Evitá hervir fuerte el alcohol apenas lo agregás. Dejalo reducir a fuego medio para que se integren bien los sabores.

En resumen

Cocinar con bebidas es una forma divertida y sabrosa de sumar personalidad a tus platos. No hace falta ser sommelier ni bartender: con un poco de curiosidad y cuidado, podés transformar tus comidas cotidianas en algo especial. Animate a abrir esa botella y llevarla a la olla. Salud... ¡y buen provecho!